Hoy quiero hablar, de la siempre difícil
tarea de publicar un libro. Os contaré mi experiencia, la cual creo que es
bastante ilustrativa.
Para empezar, una vez tengamos el
libro corregido, no solo por nosotros mismos, es conveniente que una tercera
persona de confianza, lo lea y nos dé su opinión, tanto de estilo gramatical, ortográfico,
como su propio dictamen en sí.
Pues como decía, una vez hecho todo
esto, pasamos a registrarlo en la Propiedad Intelectual que tengáis en vuestra
ciudad o provincia, normalmente suele ser competencia de la comunidad autónoma,
en cualquier caso esta es la dirección general en España http://www.mcu.es/propiedadInt/CE/RegistroPropiedad/RegistroPropiedad.html.
Allí os pedirán dos ejemplares y
vuestros datos. Hay que pagar unas tasas, no pongo precio pues varían todos los
años, aun así, no es mucho dinero. Os dirán qué, si en seis meses no recibimos
noticias suyas, podemos considerar que la obra queda registrada a nuestro
nombre, pero que la certificación tardará varios años en dárnosla. Os darán un resguardo de haber dejado los
ejemplares y el pago de las tasas, con eso es suficiente para poder decir que
la obra está registrada a vuestro nombre.
Os preguntareis, ¿por qué registrarla?,
pues bien, en primer lugar os lo van a pedir algunas editoriales o agentes
literarios, y en segundo y más importante, es nuestra mejor arma para evitar el
temido plagio, aunque no es 100% efectivo.
Una vez corregida y registrada,
llega la ardua tarea de buscar editorial.
Existen a mi parecer dos
posibilidades, una son los agentes literarios y la otra las editoriales en sí.
¿Quién son estos agentes literarios, conocidos en el
mundo anglosajón como manager?. Pues si me permitís y siempre basándome en mi
experiencia, son unos señores que van a pasar olímpicamente de los escritores
noveles.
La figura del agente literario,
en otros países es como la de un profesional libre, como si fuera un médico o
un abogado, lo contratas, se lleva el 15% de tus beneficios en conceptos de representación
y tratan de colocar tu obra en una u otra editorial dependiendo de tu estilo o
la temática tratada en tu libro.
Pero en España la cosa no es así,
aquí ellos deciden si te eligen o no
como cliente, vamos que solo van sobre seguro. Imaginaros qué vais a un médico
y le contáis vuestra dolencia y tras escucharos os dice: “lo siento mucho pero
no me interesa atenderle, gracias por pensar en mi adiós…” ¿Triste verdad?,
pues es la pura realidad. Y la mayoría ni si quiera se dignan a contestar a tu
correo.
Por otro lado están las
editoriales, las hay locales, pequeñas, medianas, grandes y mega grandes. A todas,
absolutamente a todas, deberás mandarle siempre una carta de presentación en la
web www.escritores.org os enseñan muy
bien cómo hacerlo. No dejéis de visitar esa página.
Bueno no quisiera alargarme
demasiado, aún queda una segunda parte, en la que abordaremos la problemática de
las editoriales y un poco el mundo de la distribución, que también tiene mucha
miga.
Un saludo amigos.
Juan Carlos Victorino.
www.elviajedelalquimista.com
Buenas noches, querido amigo alquimista.
ResponderEliminarPerdonadme, pero me ha costado. Llevo dos días luchando con el enano de Google, con Bill Gates, y el hobbit que habita dentro de este blog...me hacían la vida imposible y ya casi había perdido la esperanza de colgar un comentario. En fin, por pesado que no quede.
ResponderEliminarYa que le cogido el tranquillo al hobbit, prometo seguir fielmente tus revelaciones y tus experiencias en este despiadado mundo del artista novel que empieza su andadura. Yo estoy en la misma tesitura, compañero. No te digo que esto es el principio de una bonita amistad, porque nosotros ya hemos pasado esa fase....jejejejeje.
ResponderEliminarSuerte en tu nueva andadura, amigo mío.
Buen artículo tocayo, se te aprecian ya muchas "tablas"
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